Sí, ya sé que, por estas fechas, antes de las Navidades, todos nos replanteamos cambios en nuestras vidas, tanto laborales como personales, pero realmente es así y ya llevo tiempo madurando algunas ideas, con la intención de que vean la luz durante el primer trimestre de 2022.
Me suele pasar que tengo muchas ideas, las apunto todas en una libreta o en la agenda, pero no terminan de materializarse. Normalmente por falta de tiempo, aunque otras son porque no termino de verlo claro.
A veces creo que lo que quiero hacer no le va a interesar a nadie, y que no estará lo suficientemente bien. Pero he llegado a la conclusión de que mejor hecho que perfecto, ¿no os parece?
Así que sí, este 2022 vendrá con cambios para mí y para SIMILARES DESIGN.
Algunos nuevos propósitos
A nivel personal, están los típicos de cuidarse más, comer mejor, hacer más deporte, leer más, enfadarme menos, bla, bla, bla… todos geniales, sí, pero tan genéricos que en poco tiempo pierdo el foco.
Por lo que, este año me propongo ponerme menos metas y más claras, más específicas. Tratar de organizar mi día a día personal como si se tratara de mi día a día profesional, para ser más efectiva y divagar menos.
A nivel profesional, las cosas son distintas.
Los proyectos con clientes los llevo bien, todo bajo control, el problema llega cuando tengo que dedicarles tiempo a proyectos propios, la web, las redes sociales, formación, momentos laborales de desconexión, que digo yo, como hacer libretas para el estudio, agendas digitales, etc., ahí ya me pierdo.
Cada semana reservo unas horas para cosas internas del estudio, pero ahí, empieza la procrastinación, el famoso síndrome del impostor o su contrario (El Dunning-Kruger), del que poco se habla y que alguna vez hemos sufrido, si no todos, casi. Creernos por encima de nuestras capacidades reales nos ha pasado alguna vez, pero tiene menos «glamour», lo bueno es que estos «humos» se me bajan muy rápido y de vuelta a la realidad es cuando no veo claras mis intenciones… Otro día perdido y toca empezar de cero la siguiente semana. Es un bucle y no arranco nada.
Por eso, uno de mis propósitos de este año es lo que os decía antes: «mejor hecho que perfecto» y ya se irá viendo.
No quiero avanzar nada, en parte por eso del «¿Y si no sale?, ¿cómo quedaré entonces?», que denota inseguridad, poca confianza y poco compromiso para conmigo y mi estudio, pero en parte también es porque no he terminado de visualizar alguna de las ideas que me rondan y hasta no tenerlas en orden, no quiero dar pistas. Por tanto, otro de mis propósitos es encontrar el foco a lo que quiero hacer.
Así que nada, creo que cierro el año 2021 con dudas, pero con ilusiones, con miedos, pero con satisfacciones por el trabajo bien hecho y los proyectos (de clientes) terminados. Y espero comenzar un 2022 con las ideas más claras y más determinación para llevarlas a cabo… ahí es nada.